Me gusta escribir, me relaja, me hace poner un poco en orden el caos de mis pensamientos. Es aquí, en la escritura, donde trato de emular a los grandes, con los que he crecido leyendo, tomando un poco de ellos, inspirandome para poder soltar mis manos y escribir lo que salga, sin tanto rebuscar, sin pensar en si hará o no sentido; "así, avientate, en crudo, "raw" no lo filtres" - me digo -, "no le rebusques palabras, sólo escribelo, dejalo salir, dejalo plasmado".
Es aquí, donde me siento uno de ellos, ¿lo seré alguna vez?, ¿dejaré mi legado como ellos?, no lo sé; pero tengo que escribir, compartir mi perspectiva del mundo, ser leído, expresar mi punto de vista. Por que después de todo, ¿de qué sirve escribir y no ser leído?
Vaciarme en cada línea, seducirme a mí mismo en mi escritura, contar mi historia, mi comedia (ácida claro, porque asi es mi humor), de contarme mi vida como si fuera una película y yo fuera el único espectador, en una de esas viejas salas de cine, con fachadas góticas, con asientos que reflejan el paso del tiempo, esas salas de cine, donde se mostraban aquellas películas viejas, mudas, donde Chaplin te hacia reir sin ni siquiera hablarte. ¿Cómo sería mi película?, ¿en qué formato?, ¿blanco y negro?,¿a colores?, ¿un drama?, ¿comedia?, ¿o sería una versión "instagramera" de esas que muestra todos mis mejores lados pero nunca los más oscuros, los que muy pocos conocen?
Vaciarme escribiendo y ver que en cada momento, cada experiencia, algún escrito puede estar escondido, esperando a ser descubierto y motivarme e inspirarme a seguir buscando, a seguir experimentando la vida a través de élla, que desde siempre y para siempre me acompaña; que en ocasiones se aparta para darme mi espacio, pero siempre regresa inquietandome, inspirandome; seduciendome a tomar papel y pluma y compartir mi perspectiva del mundo, usándola sólo a ella, mi escritura.
No comments:
Post a Comment